La semana pasada puse aquí mi punto de vista sobre la forma en la que se conducen algunos de nuestros servidores públicos del primer nivel del gobierno del estado.
Ya sabes: “por sus obras los conocereis”. Porque, como dice el clásico, son muy dados a hablar mucho, decir poco y hacer menos.
Y dado que el texto tuvo algún calado entre mis amigos en las redes sociales, recupero sólo algo que a mí me faltó decir, pero que atinadamente indicó la usuaria que se firma como Ytap Ziur Sajor —cuyo nombre escondido en ese apelativo no es difícil de adivinar—. Vivimos en “una sociedad de políticos con cultura de robo, saqueo, nepotismo; primero ellos y al ultimo ellos, egoístas, elitistas y petulantes. Su puesto en el gobierno sólo sirve para servirse y beneficiarse a ellos mismos y a su parentela. Prueba de ello [son] todos los juniors que ocupan cargos para los que no están preparados y en donde sólo buscan enriquecerse y disfrutar a costa del pueblo”.
Ni más ni menos.
Y luego se preguntan por qué va en picada la confianza de la sociedad en el gobierno.
Porque ni siquiera hacen la pantomina de anunciar que se inició una investigación, al margen de que los involucrados sigan ejerciendo las funciones para las que han sido designados.
Insensibles. Y torpes, hay que agregar a lo ya señalado.