Científicos y alumnos de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla crearon un biodigestor que degrada rápidamente los desperdicios de la industria cárnica y los transforma en biogás, energía eléctrica y composta.
El proyecto fue parte de una investigación en torno a la contaminación ambiental que generan los residuos animales, como vísceras, pezuñas, pelajes, excremento y sangre.
Para disminuir el impacto ambiental, los investigadores construyeron con cemento unos biodigestores en forma de una pirámide invertida, mismos que enterraron en el suelo, para mantener la temperatura adecuada para deshacer los residuos, los contenedores incluyen una geomembrana de alta densidad que los cubre de la lluvia, aire y de fauna nociva.
Una bacteria agresiva es la encargada de degradar en tan sólo 5 días los desechos cárnicos, convirtiéndolos en biogás que es filtrado y enviado a un proceso de motogeneración, que consiste en producir energía eléctrica.
Por cada tonelada de desechos tratados se obtiene un promedio de 125 a 250 kilowatts cada hora, mismo que representa dotar de energía cada mes de uno a tres hogares.
