Apenas empiezan a registrarse las primeras lluvias en Toluca y la cuidad se desquicia por los automovilistas. Y es que, la lluvia trae consigo falta de visibilidad, pavimento resbaladizo y fallas en los sistemas de drenaje que generan charcos y en ello detienen el flujo vehicular.
El problema se agrava debido a los conductores aún con las circunstancias de lluvia insisten en no respetar los señalamientos de tránsito y en ganar espacio.
Pero es precisamente el espacio al que aluden las instancias de seguridad vial pues para evitar alcances, choques y demás accidentes se recomienda duplicar distancia habitual entre un carro y otro al tiempo que disminuir a la mitad la velocidad acostumbrada.
Por lo tanto, más que aventajar al manejar en la inminente temporada de lluvias lo que se requiere es ceder. Ceder espacio y velocidad a cambio de seguridad y mejor flujo de vehículos.
Escucha aquí el comentario editorial de Patricia Maldonado: