Paternidad afectiva favorece desarrollo de hijos e hijas

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La participación activa y cercana de los papás en la crianza de los hijos es una vía para la igualdad y la no violencia, por lo que es necesario cambiar la mentalidad históricamente arraigada de que los hombres no demuestran afecto y amor públicamente a sus hijos o hijas, así lo señaló Jorge Valente García Fernández, facilitador del Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social (Cemybs).

De acuerdo con cifras del INEGI, los papás sólo destinan 12.4 horas semanales a compartir tiempo con sus hijos e hijas. (FOTO: Especial)

Durante la charla “Paternidades afectivas” que se llevó a cabo con colaboradores y colaboradoras del Poder Judicial en el Auditorio Abel Villicaña de la Escuela Judicial del Estado de México, el especialista en psicología clínica destacó que, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) del INEGI, los padres sólo destinan 12.4 horas semanales a compartir con sus hijos e hijas.

En este contexto, hizo un llamado a que los hombres sean más activos en el cuidado de los menores, pues ello permitirá que crezcan en un ámbito más cariñoso, con un mejor desarrollo integral y, principalmente, alejados de la violencia.

Como parte de esta actividad organizada por la Unidad de Igualdad y Derechos Humanos del Poder Judicial del Estado de México, el experto señaló que la paternidad afectiva forma parte de las nuevas masculinidades, una serie de ideas y propuestas que buscan impulsar la igualdad de género, a través de una mayor participación del hombre en los roles que culturalmente habían estado designados a la mujer, como la crianza de los hijos, explicó García Fernández.

El especialista indicó que una paternidad afectiva implica compartir tiempo con los hijos e hijas, mantener una relación de cercanía, respeto, buenos ejemplos, corresponsabilidad, sensibilidad ante sus necesidades, comprensión y apertura al cambio.

Al respecto García Fernández enfatizó que los hombres requieren asumir una “liberación afectiva, pacífica y no egoísta” para estar presentes en el desarrollo integral de los niños y niñas donde las demostraciones de afecto sean algo cotidiano.

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