Mis paisanos de la zona norte del estado están molestos con la firma Bionatur. La culpan de la sequía. De impedir las lluvias en la región.
La idea extendida en los municipios de Jocotitlán, Ixtlahuaca, San Felipe del Progreso, Atlacomulco, Acambay, San José del Rincón, Jilotepec, Morelos, Temascalcingo, Timilpan, Chapa de Mota, Jiquipilco, entre otros, es que mediante el uso de una avioneta, que “bombardea” las nubes, se impide que llueva. Y que los 800 mil metros de invernaderos de Bionatur sufran algún daño. O algo así.
Al arriba firmante no le consta. Pero la gente lo cree. Se trata de una idea extendida que ha ido cobrando fuerza y que periodicamente es la causa de manifestaciones en contra de la empresa vinculada a Industrias Unidas (IUSA), propiedad de la familia Peralta.
Ahora: es verdad que mientras en el valle de Toluca llueve casi a diario en lo que va de la temporada de lluvias, y se producen verdaderos tormentones, en el altiplano norte mexiquense las lluvias son escasas, después de dos meses de que inició la época de lluvias y huracanes.
Un día cualquiera las nubes aparecen. Se presagian las lluvias. Aparece la mentada avioneta en el cielo y, de pronto, las nubes se disuelven. Las lluvias se desvanecen. Como si de verdad hubiera alguien interesado en que no llueva. Como si se tratara de una escena de película en la que un villano desconocido —bien maldito—, metido en algún laboratorio secreto, ordena el vuelo de la avioneta para que desaparezcan las nubes negras. Y entre carcajadas vea en alguna pantalla que las lluvias no llega, mientras un campesino se truena los dedos mientras ve que su cultivo perece. Disculparan al arriba firmante por la imaginación propia de un comic, pero así más o menos es la cosa allá por mi tierra.
Los agricultores son víctimas desde hace muchos años de una sequía que se extiende. También del cambio climático. Y desde hace algunos años de los vuelos de “la avioneta” a los que atribuyen el tiempo seco y las lluvias cada vez más escasas.
Lo que es igualmente cierto es que existe tecnología para hacer llover. Y para evitar el granizo o la nieve. Para que llueva en algún lugar y deje de llover en otro. Originalmente se pensaba que esta tecnología, en la que tiene un papel elemental el yoduro de plata, sólo servía para “sembrar” nubes y provocar la lluvia. Ahora parece que también se utiliza para decidir en donde sí “debe” llover y en donde no.
Está comprobado es que esiste es tecnología para propiciar las lluvias. Tambien para evitar las granizadas. Entre la ficción, el mito y la realidad se mueve la idea de que también se puede impedir que llueva.
Y mientras es verdad o falsedad que no llueve lo suficiente por culpa de ciertos intereses, la Comisión Nacional del Agua advirtió que tres cuartas partes de México están sufriendo la falta de lluvia y poco más de la mitad experimenta sequía severa a extrema.
Mientras son peras o son manzanas, en el norte del estado de México ya encontraron a quien culpar.