Este fin de semana llegó a pantallas de cine mexicanas la película “Blanquita”, filme chileno que aborda uno de los escándalos más relevantes del país Sudamericano.
Fue en enero de 2003 cuando se dio a conocer el caso Spiniak que involucraba a políticos, funcionarios, empresarios y autoridades eclesiásticas en una red de abuso sexual infantil contra niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad; esta red estaba encabeza por el empresario Carlos Spiniak. El escándalo tomó notoriedad a nivel internacional, además de la gravedad del caso, por las diversas irregularidades en las que se llevó a cabo el proceso legal contra los involucrados; así como por la impunidad en la que quedaron varios de ellos.
“Blanquita”, película dirigida por el cineasta Fernando Guzzoni, rescata la historia de Gema Bueno, considerada testigo clave en el Caso Spiniak. El personaje de Blanquita, basado en la historia de Gema Bueno, es una joven de 18 quien vive en una casa hogar dirigida por una sacerdote. Sin embargo, Blanquita toma relevancia realizar acusaciones falsas para obtener justicia.
En entrevista para Así Sucede, Fernando Guzzoni, aseguró que está película se planteó a partir de la idea de que detrás de la verdad judicial y lo que la prensa había establecido como una verdad hegemónica, en este caso hay un revés que necesitaba ser repensado.
Al cuestionarle qué fue lo más complicado en la realización de esta película al ser uno de los más grandes escándalos en Chile, el cineasta mencionó que
“La verdad, creo que los más complejo cuando una trabaja con temáticas relativas al abuso, a la explotación infantil, tiene que ver con no revictimizar a través de la historia, tampoco blanquear la complejidad de lo que ahí sucede. Entonces, digamos, que hay un equilibrio entre mostrar la crudeza de ese horror sin tampoco caer en una mirada utilitarista, extractivista, morbosa; diría que ese fue el mayor desafío para mí de tratar de construir un relato de esto que pusiera en una zona incómoda pero que no fuera irresponsable”; señaló.
Originalmente, la película iniciaría a rodarse un par de meses después del inicio de pandemia; debido a la contingencia sanitaria la filmación tuvo que retrasarse alrededor de año y medio. En total, fueron cinco años de trabajo los que implicó el filme, desde el planteamiento de la película; la investigación; hasta el trabajo de postproducción.
“Hubo trabajo de investigación de aproximadamente año y medio, donde trabajé distintas fuentes: materiales periodísticos; literarios; expedientes judiciales; entrevistas con distintas personas vinculadas al caso, desde jueces, psicólogos, periodistas, etcétera, que me permitió digamos ir delineando un punto de vista y estableciendo conjeturas sobre cómo posicionarme frente al relato”, explicó.
Luego de presentarse en festivales internacionales de cine como el de Venecia; Estocolmo; el festival de El Cairo; el de Palm Springs; y representar a Chile en la carrera rumbo al Oscar en 2023, “Blanquita” llega a la cartelera mexicana a salas de cine comercial y espacios independientes. Su director, adelantó que próximamente el filme producido Pablo Zimbrón Alva llegará a streaming.