Un día sí y otro, también la Fiscalía General de la República está envuelta en pifias penales.
La más reciente, la liberación de Abraham Oseguera, apodado Don Rodo, el hermano del narcotraficante más buscando y el más violento de México, Nemesio Oseguera, alias El Mencho, cabecilla de la banda criminal llamada Cartel Jalisco Nueva Generación.
Un juez determinó su puesta en libertad debido a que no encontró suficientes las evidencias para su vincularlo a proceso penal. Y también a que consideró que “su forma de detención resultó contradictoria a lo expuesto por la autoridad en su informe policial”.
En otras palabras: el ministerio público no hizo su trabajo de manera correcta, suficiente, incontrovertible e irrebatible. Y dejó un espacio para el que juez se inclinara en favor del criminal, que ya ha purgado una condena por narcotráfico en Estados Unidos.
Y claro, la Fiscalía General de la República no reconoce su yerro. La nueva pifia que se suma a otros casos relevantes en los que ha recibido un revés. Las liberaciones de Lozoya, Rosario Robles, Cabeza de Vaca, Juan Collado, Ayotzinapa… Solo por mencionar algunos.
Si la Fiscalía General de la República quiere jueces de consigna, ya no parece encontrarlos. Eso molesta al Poder Ejecutivo. Y sí, son pifias. Metidas de pata.s
