¿Quién quiere una vida de perro? Disculpas anticipadas a quien ofenda el doble sentido de la pregunta pero si comparamos el trato que en la actualidad se le da a un canino con los millones de seres humanos en pobreza, la vida del perro es insuperable.
Cada vez se hace más común ver a parejas con perros, en lugar de hijos. Las parejas prefieren estudiar y tener buenos ingresos y encuentran en su afinidad por los perros el desarrollo del instinto de padres.
Les brindan ademas un hogar, hospitales, escuelas, esparcimiento y hasta servicio funerario. Y ni se diga para comer. En México, por ejemplo, el mercado de comida para perros está valuado en 2.5 billones de dólares; solo de alimentos Premium y Super Premium.
El contraste de todo esto se observa en más de la mitad de los mexicanos que presentan carencias de comida, vivienda, atención médica y educación.
Puede ser que los perros hagan la vida completa a muchos, pero no hay que perder de vista que son animales y, por tanto, no debería proveérseles de derechos de humanos lo que hoy en día llega a ser insuperable pero también es despreciable.