En la Universidad Autónoma del Estado de México se está a la víspera de que se pueda anunciar el término del paro estudiantil y estar en condiciones de regresar a clases. Se ha avanzado en el cumplimiento de las condiciones del Enjambre Estudiantil Unificado mediante un diálogo formal, acuerdos concretos con planes de acción y un esquema para ajustar el calendario del segundo semestre del año. Quedan desde luego pendientes vinculados a reformas estructurales y de representación estudiantil que conllevan seguir negociando.
En todo esto el Enjambre Estudiantil Unificado sale fortalecido en la articulación de demandas comunes; en impulsar propuestas claras y visibles, en dialogar, en su postura vigilante. El regreso a clases no significa renunciar a las demandas, sino equilibrar la movilización con la responsabilidad educativa; es preservar el ciclo escolar, la calidad de la educación y el derecho a estudiar.
Se tiene a la par, que evitar el desgaste, las divisiones internas, las tensiones y mantener la legitimidad.
El regreso a clases es un paso para consolidar un diálogo permanente con la nueva administración y hacer presión política desde una posición fortalecida. El regreso a clases no significa rendirse.
