Una vez que la Universidad Autónoma del Estado de México dio a conocer el número de alumnos que serán recibidos en las diferentes carreras a partir de agosto de este año, llega el desasosiego de decenas de seleccionados y sus familias para el pago de la inscripción.
Sí. Aunque pueda parecer increíble, se registran decenas de casos de estudiantes para quienes erogar tres mil pesos equivale a desestabilizar las finanzas personales o familiares.
Esta situación se registra en contraste con la sobrada cantidad de alumnos que cuentan con recursos para pagar y que por lo demás, una vez en las aulas minimizan el beneficio de estudiar.
Hace falta pues retomar la aplicación de estudios socioeconómicos respecto a los pagos de inscripción a nuestra máxima casa de estudios al tiempo de enfatizar la importancia de resultar elegido para cursar la educación superior gratuita.
La asistencia a la Universidad una vez aprobado el examen de ingreso no debería condicionarse a un pago. Tendría que ser gratis para los estudiantes de bajos recursos.