Abrazar los árboles disminuye la depresión, el estrés y aumenta los niveles de concentración, además de que quita dolores de cabeza.
En un libro publicado por Matthew Silverstone, se indica que estudios en niños han mostrado una mejora psicológica y fisiológica significativa en su salud cuando están involucrados con plantas y árboles.
Mientras que algunas investigaciones mostraron que los niños son más creativos en entornos verdes naturales.
A los ambientalistas que realizan esta conducta se les llama “Treehugger” (abrazadores de árboles), un término que en un inicio se usó como un insulto, pero que felizmente han adoptado.
“Los espacios verdes seguros pueden ser tan eficaces como los medicamentos recetados en el tratamiento de algunas enfermedades mentales», señalan científicos de la Universidad de Stanford.
