El aeropuerto internacional de Texcoco sigue siendo el gran desencuentro de Andrés Manuel López Obrador con la clase económica del país. En octubre de 2018 anunció la cancelación de las obras en construcción que dejó crispados a los empresarios.
Sin embargo, un Tribunal Colegiado de Circuito ayer ordenó mantener intactos los trabajos en Texcoco y, de paso, suspender las obras del aeropuerto en Santa Lucía, lo que seguramente tiene en regocijo a los inversionistas de Texcoco y con la posibilidad de ver ejecutado el proyecto aéreo a mediano o largo plazo.
Los afectados en esta rebatinga son en cambio, los usuarios frecuentes y ocasionales de la actual terminal que no da para más en vuelos e instalaciones. Y lo peor está por venir debido a la presencia de las lluvias; basta recordar las suspensiones de vuelos e inundación de pistas del año pasado. Los clientes la tienen peor o igual que antes: sin opción.
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