La industria de los coches eléctricos se enfrenta a varios grandes problemas, y no es solo el de la falta de infraestructura de carga rápida. Llega mucho más allá y es uno de los esenciales que está obligando a buscar nuevas químicas para una nueva generación de baterías. Los materiales químicos que componen las celdas de las baterías se están convirtiendo en verdaderos elementos de lujo.
La demanda de algunos como el litio es tan elevada que aumenta el precio sin límite, mientras que sus reservas son más bien escasas para los futuros coches eléctricos. Y lo serán mucho más si tenemos en cuenta la grave crisis que se vive a nivel mundial, con algunos países involucrados en conflictos militares y económicos, que dominan la propiedad de estos materiales esenciales. A pesar de que no es el único, muchos expertos en la industria se han preguntado por el futuro de las baterías usadas o las defectuosas.
Mientras surgen nuevas formas de reciclaje, la segunda vida ya no es la única solución a la vista de la revolucionaria tecnología desarrollada por Hirochika Naganawa es un experto científico especializado en el aprovechamiento de residuos atómicos, una técnica que ha extrapolado a las baterías de los coches eléctricos. Se llama «Emulsion Flow» y permitirá extraer cobalto, níquel y otros metales de las baterías usadas, un procedimiento que está más que probado y está listo para aplicarse.
El principio de extracción utiliza agua y aceite, éste último con un emulsionante que actúa como solvente y que se adhiere rápidamente a los metales procediendo a su separación de los componentes. Los estudios apuntan que recupera materiales con hasta un 99,99 por ciento de pureza, por lo que pueden ser reutilizados prácticamente de inmediato, sin necesidad de someterse a otros tratamientos. Es lo que se conoce como reciclaje horizontal, no requiere vigilancia y es hasta diez veces más productivo que otros métodos.
El esquema muestra el nuevo procedimiento de extracción de metales a la izquierda, y a la derecha, un sistema por mezclador, sedimentación y filtración o refinamiento separando los líquidos. Tres procesos que se funden en uno solo, por lo que se reducen enormemente los costes de estos procesos. Pero también supone una nueva forma de , en el que los materiales recuperados se pueden volver a utilizar