En el 2010 casi la tercera parte de la población extranjera en los Estados Unidos era de origen mexicano; sin embargo debido al asentando de la crisis económica, pero sobre todo la de tipo social con la violencia el volumen de centroamericanos y sudamericanos ha modificado las variables de la migración.
De acuerdo con Ciro Martínez Gómez, investigador de la universidad de Antioquia, Colombia, el incremento del número de migrantes Latinoamericanos en Estados Unidos entre 1990 y 2000 fue del 86 por ciento pues pasó de 8.6 a 16 millones, el principal origen de ellos sigue siendo México.
Durante el Segundo Congreso Internacional Migración Internacional en América Latina y México en el Contexto de la Crisis Económica y Humanitaria, desarrollado por la UAEM, explica que el número de mexicanos en Estados Unidos se duplicó entre 1990 y 2000 al llegar a nueve millones.
Sin embargo en el 2011 la cifra pasó a cerca de 12 millones, es decir el 29 por ciento de la población migrante en ese país; ese tope se ha alcanzado frente a una tendencia al alza de migrantes latinos de los países como Honduras, Brasil, Colombia, y El Salvador.
En este sentido señala que el factor clave para hablar de un posible retorno o migración definitiva de esta población son los lazos de trabajo y sociales que hagan los migrantes a las comunidades que llegan, advirtiendo que esta es una cualidad que distingue a los migrantes mexicanos.
«Implica que tantos lazos tiene esta población los migrantes en el lugar de llegada (…) se observa que los migrantes tienen una alta capacidad y estímulo para permanecer y hacer frente a las condiciones porque la decisión de regresar tiene costos para los involucrados y complicaciones», argumenta.
De igual forma la población latinoamericana se distingue por el grado de integración que logran en Estados Unidos, algunos haciendo inversiones inmobiliarias, generando vínculos y procreando hijos lo cual genera mayor arraigo; a ello debe sumarse las condiciones de pobreza y desempleo que persisten en sus comunidades de origen.
«Si los migrantes no ven tampoco oportunidades importantes en sus países pues es difícil que vuelvan» advierte.
Esto ha generado, dice, que el porcentaje de población extranjera que proviene de Centro América y México de la década del sesenta hasta el 2010 haya pasando del ocho por ciento en el siglo pasado hasta el 37 por ciento actualmente.