Las actividades humanas como agricultura, tala clandestina, incendios forestales o desarrollos inmobiliarios, tales como la urbanización, mantienen bajo amenaza gran parte de las 75 áreas naturales protegidas en el estado de México, sin que las autoridades estatales puedan actuar en contra de los responsables.
Anna Sofía Manzur García Maass, directora general de la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (CEPANAF) explicó que de las 75 áreas naturales protegidas que están bajo el cuidado de autoridades estatales, sólo 37 cuentan con programas de manejo que ayuda a fijar las reglas de operación dentro de estos espacios y determina qué tipo de actividades están permitidas y cuáles no.
“Muchas de ellas pues sí, lamentablemente están sumamente amenazadas por el desarrollo del ser humano, por lo cual es muy importante para nosotros la publicación de los programas de manejo”.
Además, el decreto del programa de manejo en las áreas naturales protegidas estatales permite a las autoridades competentes, en este caso la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM) actuar en contra de los responsables.
Sin embargo, las actuaciones legales de la PROPAEM en contra de los responsables se encuentran limitadas en algunos casos. Por ejemplo, la tala clandestina al ser un delito que se castiga desde el ámbito federal, los responsables en sancionar y castigar estas actividades se centran, precisamente en las autoridades federales.
Lo que deja a las autoridades estatales llevar a cabo acciones de prevención, es decir, vigilancia y denuncia.
Uno de los espacios naturales protegidos del ámbito estatal que ha registrado daños notorios es el parque Monte Alto, ubicado en el municipio de Valle de Bravo, el cual se vio afectado severamente en abril de 2018 a consecuencia de un incendio forestal, dejando 100 hectáreas dañadas, siendo que ésta área natural protegida es uno de los principales pulmones para esta región, además de ser un atractivo turístico importante para el municipio.
