En la última semana la ocupación de camas en los hospitales destinados a pacientes Covid en el estado de México pasó de 0.3 a 0.56% en promedio de toda la entidad; lo que significan siete semanas consecutivas por debajo del 1%.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud federal, que se registran en la Red de seguimiento a las Infecciones Respiratorias Agudas Graves (Red IRAG), de las Unidades Médicas que envían los registros de estos pacientes, hay una con ocupación del 100 por ciento.
Se trata de la Unidad de Salud IMSS-Bienestar de Amanalco en el Sur de la entidad, la cual es la única con pacientes.
El valle de México, valle de Toluca y la región Norte, se encuentran sin pacientes con esta enfermedad.
Aunado a ello, están ocupadas el 0.9% de las camas con ventilador; de esos pacientes, la mitas se encuentran en estado grave dentro de la Unidad de Cuidados Intensivos.
28 Unidades Médicas no registraron pacientes con esa enfermedad, de las 29 que se mantienen dentro de la Red IRAG.
Cabe señalar, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las personas que desarrollan la covid, se recuperan por completo, sin embargo, los datos empíricos indican que aproximadamente entre el 10% y el 20% de la población experimenta diversos efectos a mediano y largo plazo después de recuperarse de la enfermedad inicial.
Estos problemas de salud posterior a la covid, también son conocidos como “Covid de larga duración”, y hacen referencia a una variedad de síntomas prolongados que pueden persistir desde la enfermedad inicial o presentarse después de la recuperación. Pueden aparecer y desaparecer, o reaparecer con el tiempo.
“Los síntomas más frecuentes asociados a la afección posterior a la COVID-19 son la fatiga, la disnea y la disfunción cognitiva (por ejemplo, confusión, pérdida de memoria o falta de concentración y claridad mental). La afección posterior a la COVID-19 puede menoscabar la capacidad para realizar actividades cotidianas, como trabajar o realizar labores domésticas”.
La OMS refiere que actualmente no existe ningún tratamiento farmacológico de eficacia reconocida para la afección posterior a la COVID-19. Sin embargo, tiene datos de que una atención integral puede ayudar a los pacientes a recuperar su función física, cognitiva y emocional, además de contribuir a mejorar su calidad de vida.
