El sargazo que llega a México posee propiedades energéticas y eventualmente de uso en la industria farmacéutica, lo que podría convertirlo en el “oro rojo” del país, dijeron científicos del centro Interdisciplinario de Investigaciones y estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Luis Raúl Tovar Gálvez, miembro del CIIEMAD, dijo que se ha descubierto que al igual que otros residuos orgánicos, el sargazo que llega a las playas mexicanas es fuente de biometano, el principal componente del gas natural.
“Nosotros tomamos un sustrato y determinamos la cantidad de biogás que puede generar bajo condiciones estrictas de laboratorio”, expuso.
Con base en las investigaciones del CIIEMAD, dijo que “lo que se encuentra es metano, principal componente de biogás o gas natural”. Esto hace ver que un sustrato de sargazo se puede obtener metano que es un combustible no fósil o “energía renovable”.
Tovar Gálvez dijo a Notimex que se está calculando que por una tonelada de sargazo se puede obtener de 80 a 100 metros cúbicos de biogás.
“Me parece que lo que hoy se está viendo como un problema terrible y pavoroso puede ser una fuente importante de riqueza manejado adecuadamente”, dijo el también subdirector de servicios educativos e investigación social.
Expuso que han mezclado el sargazo con fracción orgánica y “vemos como se sujeta a la digestión. Lo que se observó en 35 días de pruebas dio 360 mililitros de metano por gramo de sólido volátil”, lo que lo hace susceptible de convertirse en biogás.
La macroalga también tiene propiedades cosméticas y farmacéuticas, pasando por alimento animal y fertilizantes, por lo que sirve para hacer pellets y utensilios biodegradables.
Consideró importante construir en el estado de Quintana Roo digestores, o plantas de procesamiento de materia orgánica, de tal forma que si un año no llega sargazo, se puedan seguir aprovechando con todos los desechos orgánicos de la población, toda vez que el energético surge de materia orgánica, aunque se potenciaría con el sargazo.
Un digestor para procesar unas 150 toneladas al día tiene un costo de unos 22 millones de dólares, por lo que es deseable la participación de la iniciativa privada, dijo.
“Si se suma la IP y se arma una compañía de ingeniería que construya y que opere un digestor entonces se reducirá el problema de los residuos”, señaló.
Refirió que desde 1994 en Holanda opera una planta digestora de residuos orgánicos con dos digestores en donde procesan 40 mil toneladas al año y genera cerca de 2.8 millones de metros cúbicos de metano al año y 28 mil toneladas de digestato (residuo).
Por hacerlo, cobran 90 dólares por tonelada y el gas natural lo venden a 60 centavos el metro cúbico, de lo que obtienen cerca de 168 mil dólares al año.
La planta opera con 20 personas con un salario de 800 mil dólares anuales, un ingreso bruto de cuatro millones de dólares al año y paga anual por retorno de inversión de cerca de 920 mil dólares, pero con ingreso neto de 1.3 millones de dólares anuales.
La planta hoy en día está valuada en unos 22 millones de euros.
Destacó que el metano que produce esa materia orgánica, incluyendo el sargazo, no se va a la atmósfera, sino que se utiliza en beneficio de la población y genera riqueza.
En el Centro se hacen aún los estudios para corroborar el tipo de sargazo que llega a México, toda vez que existen 400 variedades del alga y al país arriban sólo dos de ellas, es posible que sus usos puedan ser de mayor importancia económica.
“Hay que hacer un trabajo experimental para la extracción de sustancias bio-activas que están presentes en varias especies de sargazo”, opinó.
Expuso que en ciertos tipos de sargazo hay una sustancia llamada Fucoxanthin, un antioxidante, antiinflamatorio, anticáncer, antiobesidad, antidiabético, antiangigénico, antipalúdico y con efectos positivos en hígado, vasos sanguíneos, huesos, piel y ojos.
La sustancia se produce actualmente por la industria farmacéutica a través de algas, y 10 miligramos cuestan en el mercado aproximadamente 151 dólares.