La Procuraduría Federal del Consumidor dio a conocer cifras de los daños que produce a la salud humana el consumo de comida chatarra y de cómo las empresas fabricantes hacen todo lo posible para captar la atención y preferencia del público.
Sin embargo, falta que la Profeco sea contundente en cuanto a qué es la comida chatarra y también a que, por más publicidad que hagan las productoras, el consumidor tiene la última palabra.
En el primero de los casos, se trata de productos con alto contenido de grasas y azúcares como las hamburguesas, pizza, hot dogs, refrescos, donas, snacks, fritangas, botanas, dulces y chocolates.
En el segundo caso, es obvio que quien decide qué comer es cada persona y del consumo de productos de los menores, los adultos son responsables.
La gravedad de lo que comemos la establece la organización Poder del Consumidor, que dice que el consumo de comida chatarra más la ingesta de bebidas alcohólicas y fumar son la principal causa de enfermedad y muerte en México. Esto ha hecho, que el consumo de estos productos son también la causa central del colapso del sistema de salud pública de México.
La comida chatara tiene santo y seña y como tal la Profeco, que protege al consumidor, debe darlas a conocer.
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