¿Cómo celebran los pueblos originarios del Edomex el Día de Muertos? 

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Flores, veladoras, fruta y comida; son elementos indispensables de la tradición del Día de Muertos y aunque en todo país se lleva a cabo esta celebración, hay algunas regiones que han destacado por la magnitud de sus festejos.  

La celebración del Día de Muertos mazahua inicia con una procesión en la que una imagen del santo patrono de la comunidad recorre sus calles.

Por ejemplo, Veracruz es uno de los estados que se caracteriza por la música de difuntos, principalmente en la región Sur. Otra de las entidades que es reconocida por la celebración del Día de Muertos es Oaxaca, en donde son comunes los desfiles en que con comparsas se recuerdan a los difuntos. En la huasteca hidalguense, se celebra el Xantolo, la fiesta de los muertos, que inicia desde el 29 de junio con el cultivo de la flor de sempaxochitl. De acuerdo con la creencia en esa región, el 29 de septiembre, día de San Miguel, comienzo el regreso de las almas a la tierra. 

En el caso del estado de México, sus cinco pueblos originarios: los mazahuas, otomíes, tlahuicas, matlatzincas y los nahuas, se encargan de preservar la tradición del Día de Muertos; cada uno de ellos a su manera.

De acuerdo con el Consejo Estatal para el Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas del Estado de México, el pueblo otomí inicia la celebración el  28 de octubre cuando se cree llegan las almas de las personas que fallecieron de una manera violenta se les espera con cera y flores. Al siguiente día, se recibe a las almas que murieron sin ser bautizadas y sin haber recibido un nombre. El 31 de octubre es el turno de las almas de los niños que fueron bautizados y que regresan guiadas por guerreros otomíes. El primero de noviembre llegan los adultos y finalmente el 2 de noviembre son despedidos por sus familiares quienes acuden a sus tumbas y es común que lo hagan con música tradicional. 

En la creencia tlahuica existe la dualidad que está representado por la Luna y el Sol por lo que el Día de Muertos se realizan ceremonias representadas por tlatoles que son rezos y alabanzas y se acostumbe a montar dos ofrendas, una que es ofrecida a la familia del fallecido y la otra es una ofrenda comunitaria. Las pencas de maguey son un elemento indispensable en la ofrenda pues son utilizadas como candeleros. También se utilizan chiquihuites y rebozos para las almas de mujeres que regresan en estas fechas, mientras que para los hombres se colocan sombreros, ayates y huaraches. El copal no puede faltar en esta celebración. 

La comunidad nahua tiene sus propias creencias. Para este pueblo originario del estado de México, al morir las almas de las personas viven con lo dioses y es común que sean sepultadas con sus herramientas de trabajo ya que aún continúan trabajando y son los encargados de enviar la lluvia y hace que la tierra sea fértil. Esta es una tradición que va de la mano con el ciclo agrícola, ya que la primera ofrenda se celebra el 29 de septiembre, es decir, en el inicio de la cosecha. Las ofrendas se conforman por fruta, pan, aguardiente y distintos alimentos como tamales, mole, chayotes y camotes. En los altares se colocan también cañas de las mismas cosechas. El día 2 de noviembre, una vez que las almas se han marchado, las ofrendas son repartidas entre los mismos familiares. 

La celebración del Día de Muertos mazahua inicia con una procesión en la que una imagen del santo patrono de la comunidad recorre sus calles. Al igual que el resto de los pueblos originarios, son instaladas las tradicionales ofrendas con alimentos y bebidas como el pulque, el aguardiente y el atole y los altares son decorados con manteles bordads con punto de cruz. No puede faltar un metate debajo de la mesa en donde se coloca la ofrenda que a su vez contiene una cruz con pétalos de cempasúchil y sahumerio.  

Finalmente, la tradición del Día de Muertos en la comunidad matlatzinca está muy relacionada con la llegada de la mariposa monarca a territorio mexiquense. Y es que la creencia señala que las mariposas son las almas de los difuntos que regresan cada año al mundo terrenal. Es muy común que las propias familias sean las encargadas de elaborar su propio pan, el cual hacen de distintas formas, principalmente en forma de animales. En cada ofrenda se instalan arcos elaborados con flor de cempasúchil para recibir a las almas visitantes. Al igual que en otros pueblos, la creencia dicta que los primeros en llegar son los niños; el primero de noviembre es el turno de los adultos. A diferencia de otras creencias, a lo largo de todo el 2 de noviembre los habitantes del pueblo matlaltzinca continúa sumando alimentos a sus altares para ofrecer un desayuno y un almuerzo. Por la tarde, los cementerios se llenan de familiares que acuden a recordar a sus muertos en donde ya entrada la noche se realiza una misa. Y para despedir a sus difuntos, el 3 de noviembre a las 12 del día inicia el repique de campanas acompañado de fuegos artificiales con lo culmina la celebración del Día de Muertos. 

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