El cuadro básico de vacunación de México, es considerado el más completo de América Latina, pues contempla 12 biológicos para prevenir padecimientos letales como, tuberculosis, difteria, tosferina, tétanos, haemophilus, influenza tipo B, poliomielitis inactivada, sarampión, rubeola, neumonía por neumococo, parotiditis, diarrea por rotavirus y cáncer cérvicouterino derivado del papiloma humano.
Los biológicos trabajan a partir de agentes infecciosos y en los laboratorios se les disminuye la capacidad de enfermar a la gente, agregándoseles la capacidad de tener respuesta inmune ante tales padecimientos.
Desde los primeros días de nacido, todo niño o niña debe contar con las siguientes vacunas: la VCG, para contrarrestar las formas graves de tuberculosis, la pentavalente, que tiene cinco biológicos: contra la difteria, contra la tosferina, el tétanos, los haemophilus, contra la influenza tipo B y la poliomielitis inactivada, explicó Víctor Manuel Torres Meza, director general del Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades del Estado de México.
Los especialistas de la salud sacaron del esquema de vacunación la hepatitis tipo B, que puede derivar en cirrosis hepática y eventualmente cáncer hepatocelular y se incluyó la de poliomielitis, que es la enfermedad más discapacitante en el mundo.
También se le debe suministrar al infante la vacuna triple viral, para prevenir el sarampión, rubeola y parotiditis, así como la del rotavirus, la del neumococo, la vacuna del VPH, para las niñas de 12 años o quinto año de primaria, a fin de evitar el virus del papiloma humano, que puede derivar en cáncer cérvicouterino.
Se destaca que todo recién nacido, debe tener al menos la vacuna VCG y hepatitis B, y ya cuando tiene dos meses, debe contar con su segunda dosis de hepatitis B, su primera dosis de pentavalente y su primera dosis de rotavirus y neumococo, agregó Torres Meza.
Ya cuando el niño o la niña tiene un año y para completar su esquema de vacunación, debe tener completa la pentavalente, la del VCG, hepatitis B, dos dosis de neumococo y dos dosis de rotavirus y posteriormente, la del SR, que es sarampión-rubeola.
