En Jilotzingo, vecinos y ejidatarios exigen el cierre definitivo del confinamiento industrial que se ubica en la zona boscosa de San Luis Ayucan.
Las protestas las encabeza el delegado Israel Márquez Romero y Rubén Mayén González, presidente del comisariado ejidal.
El tiradero industrial volvió a abrir sus puertas luego de ser clausurado por autoridades municipales y por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente al encontrar en el lugar desechos biológico-infecciosos provenientes de un hospital.
El cementerio industrial de la empresa Confinam fue cerrado por el ayuntamiento el 8 de mayo y por la Profepa en junio pasado al encontrar sondas, gasas con sangre y jeringas, entre otros desechos.
La Profepa retiró la clausura luego de que Confinam pagó una multa y se comprometió a limpiar el sitio.
El 19 de diciembre el gobierno municipal, que encabeza el alcalde Jaime Mayén, decidió retirar los sellos del depósito con la intención de que los responsables de este cementerio industrial “limpiaran y sacaran del lugar cientos de toneladas de basura y desperdicios biológico-infecciosos que depositaron en el lugar”, señaló Márquez.