Comprender la complejidad genética de la estatura y los cambios infrecuentes del ADN que influyen en ella nos puede proporcionar claves para estudiar problemas de salud multifactoriales como la diabetes y las cardiopatías.
Ello ocurre por dos motivos: el primero, porque la altura viene determinada por muchos genes diferentes; y el segundo, porque la estatura es fácil de medir y proporciona un modelo relativamente simple para comprender rasgos producidos no por un solo gen, sino por muchos.
Por esa razón, el siguiente descubrimiento será importante para comprender cómo nos afectan múltiples variantes genéticas relacionadas entre sí.
Un estudio internacional con 711 mil 428 adultos, que ha sido publicado en la revista Nature, ha descubierto 83 cambios del ADN que afectan a la talla.
El estudio, realizado dentro del consorcio GIANT (siglas en inglés de Investigación Genética de Rasgos Antropométricos), se ha basado en nuevas técnicas de análisis de datos que han permitido rastrear alteraciones genéticas raras que afectan directamente a las proteínas.
Además, estas variaciones genéticas también juegan un papel clave en el desarrollo del esqueleto.