Amanecemos este miércoles con uno de los festejos más tradicionales de este mes, heredado por los españoles: el Día de la Santa Cruz.
En esta fecha, los trabajadores de la construcción colocan una cruz de madera, previamente adornada, en el lugar más alto de la obra que construyen en memoria al madero donde murió Jesucristo. Según se cuenta, la emperatriz romana Elena, luego considerada Santa, se empecinó en hallar la Cruz de Cristo y en la búsqueda los afortunados fueron albañiles.
Sin embargo, albañil significa «el que edifica». Es decir, aquel que se toma en serio su trabajo y planea la obra, desde cálculos de material y tiempo, al número de ayudantes o chalanes.
El oficio de albañil es reconocido también por la rudeza del trabajo y las buenas ganancias, cuando lo hacen a destajo porque su condición general es de subempleados y se la pasan de un lugar a otro.
Y no falta igualmente señalar que los albañiles son constantemente referidos por sus piropos a las mujeres como aquél de «quién fuera cemento para sujetar ese monumento».
Felicidades en su día a los empleados de la construcción.
