El diario El Financiero publicó una encuesta sobre lo que los mexicanos pensamos sobre el dinero.
Y resulta que somos unos románticos. Tenemos una postura que me parece una expresión del legado de nuestra cultura latina, de la formación judeo-cristiana de esta sociedad, qyue la que nos hace decir, muchas veces, que el dinero no conduce a la felicidad. Aunque, eso sí, vamos por la vida ambicionando el dinero y la riqueza.
Así se puede sintetizar la encuesta de El Financiero, aunque los detalles menudos son importantes.
Resulta que hacer dinero es la meta de una tercera parte de los mil y tantos mexicanos que respondieron las preguntas. Y que entre más jóvenes es donde más importancia tiene: 6 de cada 10 mexicanos menores de 30 años consideran que el dinero es muy importante. La cifra baja a 48 por ciento cuando se trata de personas de entre 30 y 49 años, y se reduce todavía más, a 43 por ciento, en el grupo de los mayores de 50 años.
61 por ciento dice que con dinero todo es posible, esto es, que con dinero baila el perro —y sin dinero uno baila como perro— pero un alto porcentaje cree que el dinero es maligno: tres cuartas partes de los encuestados opina que “el dinero echa a perder a la gente”. Dos tercios de los encuestados estuvieron de acuerdo con la frase de que “tener dinero crea más problemas que beneficios”.
Y decía que somos unos románticos, porque si nos pusieran a elegir entre el amor y el dinero, para la mayoría de los mexicanos elegiría el amor. O la amistad.
Ya ves, los mexicanos preferimos morir de hambre que de amor. Parece que los bienes materiales nos vienen guangos. Por eso es que cuando hacen encuestas sobre la felicidad, somos los más felices de la tierra.
