La diputada Angélica Reyes Ávila hizo un llamado a las autoridades federales de Salud a trazar estrategias para prevenir trastornos físicos y de conducta relacionados con la adicción al uso de nuevas tecnologías, como celulares, tabletas o videojuegos.
En entrevista, la legisladora por Nueva Alianza aseveró que si no se toman medidas desde ahora respecto al uso excesivo y la alta dependencia hacia este tipo de dispositivos, por parte de niños y jóvenes, a futuro podrían derivar en un grave problema de salud pública.
Asimismo, es indispensable hacer visible esta problemática mediante campañas de información en las que se alerte a los padres de familia sobre las consecuencias que pueden acarrear el permitir a sus hijos permanecer mucho tiempo expuestos a estos aparatos electrónicos.
La también Secretaria de la Comisión de Derechos de la Niñez de la Cámara de Diputados expuso que si bien es cierto que para las nuevas generaciones estas innovaciones tecnológicas traen mayores beneficios en cuanto a comunicación, información y conocimiento, también su uso excesivo representa un riesgo.
Refirió que expertos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) han advertido sobre el uso desmedido de videojuegos por parte de los niños, situación que genera lesiones en los tendones, la columna y el cerebro.
Además, al estar expuestos por más de dos horas al día frente a los destellos del monitor, pueden dañar la vista y hasta ocasionarles convulsiones.
Por su parte, la Academia Americana de Pediatría (AAP), ha advertido que el uso de pantallas en menores de dos años puede desencadenar retrasos en su aprendizaje e incluso del idioma, por lo que es necesario dejar en claro a los papás que los dispositivos móviles no pueden ser usados como juguete para entretener a los bebés.
En cuanto a los niños y jóvenes, dijo, la depresión ha alcanzado hasta un 15% de este sector durante la última década, y de acuerdo con información de la Secretaría de Salud capitalina, uno de los factores a los que se debe este padecimiento es el uso de la tecnología, pues ésta provoca una desconexión emocional con las personas que los rodean.
