Y sigue la polémica por el regreso a clases en las instituciones educativas pero ahora a nivel universitario. Luego de la declaratoria de la Universidad de Guadalajara, es ahora la Universidad Iberoamericana quien anuncia que no abrirá el siguiente semestre a clases presenciales. Para el presidente de la república la decisión, al menos en la UdG, obedece más a un tema político que de salud. Dijo además que sus opositores se están organizando para llamar a no reabrir las escuelas en el país.
Al respecto habría que confirmar con las autoridades de cada espacio educativo si lo hacen por política u oposición pero seguramente dirán que no y es que, abrir las instalaciones les implica riesgos a los estudiantes que se cuentan en miles, tan solo a nivel de universidades la plantilla supera los cuatro millones 400 mil en el país. ¿Por qué mejor, en lugar del ángulo político a la pandemia, se ofrece orientación y respaldo a las casas de estudio para regresar a clases?, ¿por qué no se les da certeza de acompañamiento de medidas gubernamentales para frenar los contagios y muertes por COVID-19 con la vacunación? El gobierno tiene la obligación de implementar las acciones en materia de salud y más en una crisis como en la que nos encontramos. La situación no se reduce a señalar solamente que la política está detrás.
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