A esta hora es muy probable que te encuentres trabajando y posiblemente lo haces desde tu casa para ahorrarte traslados, tiempo, dinero y estrés, entre otras cosas. Esta posibilidad se acentuó con la pandemia de COVID-19 pero la verdad es que el teletrabajo se originó en la década de 1970, cuando Jack Nilles, ingeniero de la NASA, acuñó el término. Posteriormente, durante los años 80 y 90, el uso de computadoras personales y la expansión de Internet hicieron viable esta forma de laborar que en el siglo XXI se consolidó como una opción para mejorar la calidad de vida de los empleados, ofreciendo un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal.
Las estadísticas disponibles sobre el tema varían; unas dicen que va en ascenso el teletrabajo y otras que ha bajado a raíz del auge que tuvo. Lo que sí es que el INEGI calcula en 13 millones el número de personas que trabajan de manera remota en México.
Respecto al futuro inmediato del teletrabajo se advierte que la flexibilidad laboral seguirá siendo una prioridad, permitiendo a los empleados elegir cuándo y dónde trabajar. Pero eso sí, se enfrentarán a tecnologías emergentes como la Inteligencia artificial, que ofrece asistentes virtuales; Internet de las cosas, compartiendo datos para optimizar procesos y la Robótica con sus sistemas que imitan capacidades humanas. Todo lo anterior implicará observar los niveles de salud mental de las personas y su propensión al aislamiento y sedentarismo.
