Y continúa en la república mexicana la serie de actos proselitistas de los diferentes aspirantes a la candidatura presidencial por Morena como lo hace también Xóchitl Gálvez, que no pertenece a ningún partido, pero quiere encabezar el Frente Amplio por México. En esto, resalta la figura del presidente que los últimos días ha venido actuando más como jefe de campaña que jefe de Estado, al referirse continuamente a Xóchitl Gálvez por sus aspiraciones políticas, su origen y su condición de empresaria.
Todo esto sin un aval del Instituto Nacional Electoral y sin respeto por la gente que no quiere que le hablen de actos proselitistas a destiempo y en ello, se desatiendan otros temas que requiere el país y la gobernabilidad. Y todo apunta que el tema electoral llegó para quedarse cuatro meses antes de lo previsto. Esto trae como resultado que exista un hartazgo hacia la política y los abanderados; hacia su confrontación sin evidencias o dimes y diretes; que la gente no quiera saber de elecciones y prefiera quedarse a ver un partido de fútbol que salir a votar.
