El fenómeno del tránsfuga político o política siempre ha existido.
Se cuentan por miles y miles quienes han desertado de una cierta ideología o formación política. Las razones son tan variadas como la cantidad de casos que se presentan. Y son validas para quienes dejan una cierta militancia, así como invalidas como para aquellos que se sienten traicionados.
Y salvo casos excepcionales, en donde la defección es producto del acuerdo de un grupo, estas deserciones tienen solamente efectos propagandísticos, puesto que se trata de personas que en lo individual deciden cambiar de bando. No obstante, se sobredimensionan sus implicaciones, porque para algunos pareciera que detrás de esos personas hay masas que se aglutinan de manera inconciente e ingenua a los dictados de alguna persona, que no tienen capacidad de razonar y menos de decidir, lo que es totalmente inexacto
Lo cierto es que los políticos, y más los tránsfugas, tienen intereses muy personales. Ambiciones de poder y económicas que están por encima de cualquier ideología. Sed de privilegios y cargos.