El tuerto es rey

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¿Alguien sabe dónde andan los candidatos a los distintos cargos de elección popular en esta entidad de la república llamado Estado Libre y Soberano de México?

Si me contestan la perogrullada de que andan en campaña, agradeceré que se abstengan. Sé que andan en campaña. Mi pregunta es si alguien ha tenido contacto material con los candidatos y candidatas —frase que hace notar que soy políticamente correcto en materia de lenguaje—.

Previo a la campaña política local pude ver cara a cara a cuatro candidatos. Hable con ellos, brevemente sobre trivialidades y sus planes de campaña. A una candidata la vi en una calle distribuyendo su propaganda y tratando de hablar con los automovilistas. Al algunos he tenido el gusto de verlos en sus anuncios espectaculares, donde se ven frescos, rozagantes y con el porcentaje de falsedad que les conceden los programas de computadora, que alteran poco o mucho su imagen.

Con esa poca información, y también con el conocimiento previo, acudiré a las urnas del próximo 6 de junio.

No siento que tenga elementos suficientes para emitir un voto informado. Quién sabe qué podrá definir el voto de miles de ciudadanos que no tienen ni la más remota idea de los candidatos y candidatas. Aquellos para los que la vida política es tabú. O para los que simplemente no están interesados.

Votarán porque una cara les resultó simpática. O porque el candidato o candidata en cuestión participan bajo el emblema del partido político de su preferencia. O simplemente porque al llegar a la urna, con la boleta en mano, alguien les dijo por quién votar y les ofreció algo a cambio.

Los tiempos de pandemia complican las campañas políticas. Entorpecen la transmisión de las ideas o las propuestas —aún y cuando algunos subnormales profundos investidos en candidatos confundan la gimnasia con la magnesia y ofrezcan hacer cosas que están fuera de las facultades del cargo que pretenden—. Luego entonces, el ciudadano común y corriente tiene deficiencias de información acerca de las biografías y capacidades de las y los candidatos, así como de sus propuestas. Lo que más cerca que seguramente ha estado de los contendientes por la presidencia municipal o diputación local o federal ha sido en la llamada “campaña sin candidato”, mediante uno de esos monigotes que reproducen la imagen del sujeto o sujeta en cuestión.

Más allá de esas efigies, probablemente se hayan encontrado algun anuncio atravesado en lo que antes se llamaba simplemente muro o “muro de noticias” y ahora se conoce como “feed”. Aunque seguramente le prestó la misma atención que requieren unos milisegundos y rivalizando con algún video viral.

Por eso preguntaba dónde andan los candidatos. Porque salvo los que son archiconocidos, lo más probable es que muy pocos sepan quiénes son, qué proponen y cuál es su pedigrí. Así, el ciudadano decidirá a ciegas. Y ya sabes que en país de ciegos, el tuerto es rey.

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