El entorno en el que se habita se creó sobre la base de un patrón humano mental y físicamente perfecto, pero que en la realidad únicamente se cumple para un porcentaje muy pequeño de la población, reconoció la especialista Margarita Isabel Sena Sánchez, al hablar sobre la “Inaccesibilidad para personas de la tercera edad en ciudades mexicanas”.
Puntualizó que al llegar a la tercera edad, cuando el cuerpo y las funciones ya no responden como en la juventud, las personas se enfrentan a barreras físicas del entorno que les imposibilitan o dificultan un normal desempeño, en mayor medida, dentro de la sociedad.
Entonces, enfatizó la docente de la UAEM, la ciudad se convierte en un medio hostil, peligroso y muy poco seguro para esta etapa evolutiva de la vida del ser humano.
Sena Sánchez señaló que como norma general se debe tener en cuenta que el entorno urbano debe ser transitable por las personas mayores, es decir, debe asociarse con la facilidad de orientarse.
Refirió que la Organización Mundial de la Salud lanzó en 2007 la Guía Mundial de las Ciudades Amigas de las Personas Mayores, en el cual se menciona lo caótico que resulta para las personas de la tercera edad abordar camiones de pisos altos, operativos que no esperan a que el pasajero baje o suba y carteles en su mayoría, con letras pequeñas.
Ejemplo de ello, dijo, es la casi nula existencia de paradores de autobuses en la mayoría de las ciudades mexicanas, por lo que la población en general debe permanecer de pie en espera de la unidad que la conducirá a su hogar, sin importar las condiciones climáticas, tiempo o fatiga del usuario.
En este sentido, resaltó que son pocos los establecimientos comerciales que cuentan con rampas o señalamientos para débiles visuales, pues se cree que toda la población es sana, normal y jovial, olvidando que 14.1 por ciento es mayor de 65 años, según las cifras del Censo de Población y Vivienda realizado por el INEGI en 2010 y de ellos, 40.7 por ciento se encuentran con alguna discapacidad.
Margarita Isabel Sena Sánchez destacó que en las universidades y principalmente, aquellas licenciaturas que forman profesionales que se avocarán a la proyección, como Arquitectura, Planeación e Ingeniería, deben tener en consideración que los problemas de inaccesibilidad urbana no únicamente se quedan en vialidades, equipamiento y señalamiento, ya que también incluyen el entorno social, por lo que se deben establecerse medidas que ayuden a las personas de esta edad a poder vivirla en plenitud.