Las bebidas “energéticas” contienen una sustancia llamada taurina, un aminoácido que nuestro cuerpo fabrica por sí mismo, y algunas contienen vitaminas innecesarias y peligrosas combinaciones de extractos de plantas.
Además este tipo de bebidas contienen elevadas cantidades de azúcar y mucha cafeína (entre 70 y 400 miligramos por litro, y a veces más).
Investigadores alemanes de la Universidad de Bonn advierten que aquellas que suelen combinar la actividad estimulante de la cafeína y la taurina- alteran la función del corazón al intensificar la potencia de las contracciones.
Por lo que señalan que las “bebidas energéticas”, además de provocar afecciones cardiacas, aumentan el riesgo de sufrir trastornos crónico degenerativos por tomar demasiada azúcar, demasiada cafeína y porque en algunas ocasiones se acompañan con alcohol.
La venta de este tipo de bebidas aumentó desde el 2014, a nivel mundial a un ritmo un 10% anual por lo que las autoridades de salud mundiales ya consideran su expansión como un incendio.
De acuerdo con las autoridades de salud, el consumo de bebidas energéticas a nivel mundial es alarmante ya que dos de cada diez menores de diez años toman dos litros al mes, y el 68% de los adolescentes toma estos productos casi a diario.