Demostrar que alguien tiene Alzheimer es actualmente un proceso caro e invasivo. Pero, aunque parezca cosa de ciencia ficción, un día, en un futuro no muy lejano, un simple análisis de sangre podría bastar para agilizar y facilitar el diagnóstico.
La comunidad científica ha trabajado durante años en el desarrollo de métodos para detectar indicios de Alzheimer en el torrente sanguíneo. Una nueva prueba (descrita el 28 de julio en el Journal of the Medical American Association y presentada en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer en Filadelfia) ha demostrado ser más efectiva para diagnosticar la enfermedad que la media de los médicos. Aunque la herramienta no está siendo recomendada actualmente para detectar la enfermedad antes de la aparición de síntomas, podría ayudar a ampliar el acceso a las pruebas.
“Los resultados de este estudio son sorprendentes y muy prometedores”, afirma el neuroquímico Inge Verberk, de los Centros Médicos Universitarios de Ámsterdam (Países Bajos). “Disponer de un análisis de sangre en atención primaria podría suponer menos retrasos en el diagnóstico y un inicio más temprano del tratamiento. Un diagnóstico más eficaz también podría reducir los tiempos de espera antes de que la gente pueda visitar a un neurólogo especializado”.
¿Cómo se diagnostica el Alzheimer?
La identificación del Alzheimer en un paciente depende de dos proteínas que suelen encontrarse en el cerebro de las personas que padecen la enfermedad: formas modificadas de beta-amiloide, que se agrupan formando placas, y tau, que se entrelazan formando ovillos. Ambas están asociadas a un mayor riesgo de desarrollar demencia. A principios de este siglo, la presencia de estas placas y ovillos sólo podía determinarse después de la muerte, mediante la disección del cerebro de un paciente.
A mediados de la década de 2000, los científicos descubrieron cómo detectar estas proteínas en el líquido cefalorraquídeo que recorre nuestro sistema nervioso central y que sólo puede extraerse mediante punción lumbar. Para ello hay que insertar una aguja en la médula espinal, lo que puede resultar doloroso y no está exento de riesgos. Hoy en día, los médicos también pueden detectar amiloide-beta y tau en escáneres cerebrales. Pero para ello es necesario inyectar compuestos radiactivos en el torrente sanguíneo y disponer de equipos costosos. Por eso se necesitan herramientas de diagnóstico mejores.
¿Cómo funciona este análisis de sangre?
La nueva prueba compara los niveles sanguíneos de dos tipos de beta-amiloide y dos tipos de tau. Estas proporciones dan a los investigadores una idea del riesgo de placas y ovillos de proteínas en el cerebro.
Para este estudio, los investigadores compararon la capacidad de los profesionales sanitarios para identificar a los pacientes de Alzheimer en Suecia con la de la nueva prueba. Los médicos de atención primaria del estudio identificaron correctamente mediante punción lumbar o una tomografía por emisión de positrones del cerebro sólo a 6 de cada 10 pacientes que posteriormente resultaron tener Alzheimer, mientras que los especialistas en demencia lo hicieron ligeramente mejor, identificando a 7 de cada 10. Sin embargo, el nuevo análisis de sangre proporcionó un diagnóstico correcto a 9 de cada 10 pacientes.
Pero es pronto para cantar victoria: aún quedan algunos obstáculos. La prueba requiere un método avanzado conocido como espectrometría de masas, que implica equipos avanzados y exige que la sangre se almacene a -80 °C. Además, todas las muestras de sangre tuvieron que transportarse para su análisis desde Suecia hasta la empresa estadounidense que realizó la prueba. Por lo tanto, la aplicación de esta prueba podría no ser tan fácil o barata como parece, pero el estudio sueco proporciona una prueba de principio de que los análisis de sangre pueden ser métodos útiles de bajo umbral para un diagnóstico preciso, especialmente si se encuentra el modo de que las muestras puedan analizarse de forma menos exigente.