El alcalde de Toluca, Juan Maccise Naime, declaró que en esta ciudad capital nos estamos saturando con el uso excesivo de vehículos particulares. A este respecto, tenemos que partir de que, la dependencia del automóvil se ve alimentada por la ineficiencia del transporte público y la percepción de comodidad y seguridad que ofrece el uso del vehículo privado. Esto es, el transporte público es viejo, incómodo, impuntual y contaminante frente a los autos que son relativamente nuevos, confortables, dan libertad de rutas y horarios, planificación de viajes, ahorro de tiempo y contaminan menos. Además, ofrecen un espacio personal. Pero, ¿qué dicta la tendencia mundial en movilidad? sencillamente, fomento al transporte público. Siendo así, tendría que haber una inversión de gobierno y/o iniciativa privada en transporte atractivo y competitivo frente al automóvil.
De esta manera, pensar en autobuses o camiones dignos circulando articuladamente por la ciudad junto con trenes y bicicletas. A la par, un cambio en la mentalidad de los funcionarios y concesionarios sobre elegir y ofrecer modos de transporte más amigables con el ambiente y ordenados.
Pensar en una movilidad urbana sustentable es crucial porque contribuye significativamente a la reducción del traslado de personas y a la contaminación del aire, que es un problema crítico en ciudades como la nuestra. Asimismo, se estimula el crecimiento económico a largo plazo al atraer inversiones y mejorar la competitividad de las ciudades. Toluca necesita un cambio en transporte y esto se viene diciendo desde finales del siglo pasado; las ciudades diseñadas en torno al automóvil son insostenibles.
Como dato para tener presente, al 2022, en México el INEGI reportaba como parque vehicular total 55 millones 167 mil 421 unidades que, con una población de 127 millones y medio equivale a casi una unidad para dos pasajeros.
