Esta semana el alcalde de Ecatepec, Fernando Vilchis, propuso que todo el estado de México volviera a semáforo rojo de COVID-19.
Ecatepec, al menos desde la decisión de Vilchis Contreras, ha permanecido en semáforo rojo, mientras el resto del estado de México evolucionó a semáforo naranja.
¿Ha dado resultados la decisión del gobierno de Fernando Vilchis?
Si nos remitimos a los números, fríos y que no dan lugar a dudas, la respuesta es negativa. Ecatepec no sólo no ha domado la pandemia con la decisión de permanecer en semáforo rojo, sino que ha crecido a una velocidad mayor que el estado de México en su conjunto:
El 6 de julio pasado, cuando inició el desconfinamiento en el estado de México, Ecatepec registró 4 mil 555 casos acumulados de COVID-19. Al 4 de agosto, la cifra ya es de 6 mil 600 casos. El aumento porcentual es de 44.89 por ciento.
En contraste, en el estado de México había 38 mil 201 casos el 6 de julio. Al 4 de agosto, la cifra aumentó a 54 mil 891. El aumento porcentual en el estado ha sido de 43.68 por ciento. De hecho, sin descontáramos los casos de Ecatepec en ambas fechas, el crecimiento de la pandemia en el estado de México sería de 43.52 por ciento.
El estado de México arrancó formalmente el semáforo naranja el 20 de julio. En esa fecha, Ecatepec tuvo 5 mil 549 casos acumulados y el estado de México 46 mil 443. El aumento porcentual al 4 de agosto ha sido de 18.94 y de 18.19, respectivamente. También en esa comparacion es menor el crecimiento de la epidemia en el estado (y si se descuentan al total estatal los casos de Ecatepec, el crecimiento estatal es dos puntos menor).
Dicho en pocas palabras: la decisión de Fernando Vilchis de que el municipio que gobierna permanezca en semáforo rojo no ha dado ningún resultado. Por el contrario: la pandemia de COVID-19 ha crecido más que en los restantes 124 municipios mexiquense. El semáforo rojo en Ecatepec ha sido una falacia cara para la salud y seguramente también para la economía