En un pequeño taller de Santa Cruz Atzcapotzaltongo en Toluca, se encuentra Cirilo Araujo, poseedor de una de las tradiciones más emblemáticas de la capital mexiquense: la cerería.
En esta temporada de Día de Muertos, el artesano junto con su familia moldean en cera 100 mil Cirios que alumbran el camino de las almas que regresan para visitar a sus seres queridos, este 1 y 2 de noviembre.
Esta producción representa un aumento del 30 y 40 por ciento.
“Cada cera recibe baños constantes de tal forma que adquiera su forma”.
Don Cirilo es el encargado de que la flama titilante que producen sus velas sea la guía para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada.
El costo es de 70 pesos por kilo.
