Fármaco de uso veterinario tiene efectos antidepresivos en humanos

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El compuesto es la ketamina.

Los fármacos antidepresivos que existen hoy en día presentan tres grandes limitaciones. Por un lado, generan efectos secundarios. Por otro, son lentos; pueden pasar semanas o meses antes de que surta el efecto. Además, su eficiencia es dudosa.

Hace ya más de una década se descubrió el fuerte efecto antidepresivo de la ketamina, un compuesto químico sintetizado por primera vez en 1962. Se trata de un fármaco muy usado en medicina veterinaria como anestésico, así como droga alucinógena ilegal conocida como Polvo K o Special K. En pacientes con depresión crónica que no respondían a la medicación convencional se observó una gran mejora cuando tomaron pequeñas dosis de ketamina, la cual actuó en cuestión de horas (frente a las semanas o meses de los antidepresivos tradicionales). Sin embargo, según se constató, sus efectos secundarios resultan peores (acaba destruyendo la vejiga) y el riesgo de adicción es muy alto. Aun conociendo los efectos antidepresivos de la ketamina, los científicos desconocían cómo actuaba.

Ahora, un equipo liderado por Todd Gould, de la Universidad de Maryland, ha descubierto que la mejora del estado de ánimo no la causa la droga en sí, sino uno de los productos que se forman cuando el cuerpo, concretamente el hígado, descompone la droga en moléculas más pequeñas: la (2R, 6R)-hidroxinorketamina (HNK). Los resultados se han publicado esta semana en Nature.

En su estudio con ratones, los científicos vieron que la (2R,6R)-HNK alivia de forma rápida la depresión sin provocar efectos secundarios incluso a dosis 40 veces mayores que las que se usaron en el experimento con ketamina. Una única administración de este compuesto logró unos efectos antidepresivos  similares a los inducidos por la ketamina, que además perduraron durante al menos tres días. Con la diferencia de que esta sustancia no generó ninguna adicción.

Muchos investigadores habían intentado encontrar fármacos que produjeran los efectos antidepresivos de ketamina sin sus consecuencias negativas, pero no tenían una idea clara sobre los mecanismos de acción para combatir la depresión. La mayoría de estos esfuerzos se han centrado en fármacos que actúan sobre unos receptores celulares en el cerebro llamados receptores NMDA. Hasta ahora, se pensaba que estos eran el objetivo de la ketamina. No obstante, los ensayos clínicos han dado resultados desalentadores. El reciente estudio en ratones ha revelado otro dato interesante: la (2R,6R)-HNK no actúa a través de receptores NMDA, sino que activa otro tipo de receptores llamados AMPA. Si el presente trabajo fuera extrapolable a los humanos, ello podría explicar por qué los medicamentos que se dirigen a los receptores de NMDA no han tenido éxito.

Aunque los resultados son prometedores, los autores del estudio recalcan que para poder empezar los ensayos clínicos en humanos aún pueden tardar años. Este éxito se ha conseguido en un estudio con roedores, y pasar de ratones a humanos no es fácil. Aun así, se abre una nueva vía de esperanza.

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