En el estado de México se tiene un censo de hasta cuatro mil plantas medicinales y hierbas las cuales debido al proceso de urbanización, y estigmatización de algunas, están en un proceso de desaparición con hasta mil 500 en focos rojos.
De acuerdo con Mauricio García Sandoval, investigador de la Facultad de Antropología de la UAEM, la pérdida de terrenos de cultivo para la alimentación también le pega a las plantas con estas capacidades las cuales han disminuido u otras es más difícil de encontrar.
Esto frente a un escenario farmacéutico que dice tiene una pastilla para cada mal pero las cuales está comprobado generan repercusiones secundarias en el cuerpo, frente a una sustancia activa que proviene de un origen animal.
Destaca casos de elementos con una disminución significativa como la «Uña de gato» o el «Diente de León», «el agua de Tlacote» e incluso el romero.
«Son miles las plantas que se tienen en México que tienen varias formas de utilizarse como medicinas y algunas están en un proceso de desaparición simplemente ahora que están los elotes el mismo pelo del elote sirve para los problemas de vías urinarias en los riñones para limpiarlos», refiere.
De igual forma reconoce que esto también es generado por la estigmatización de algunas plantas que tienen más de una capacidad, al reconocer que para su adecuado manejo se debe tener el conocimiento milenario de la dosis y la preparación correcta.
Ejemplifica con el caso del Ajenjo que en dosis pequeñas es medicinal, a nivel intermedio puede ser alucinógeno y en exceso es venenoso, misma caso de la «Datura» mejor conocido como Toloache que la cuál su hoja quita el frío del cuerpo pero una mala dosis produce esquizofrenia o la hoja de coca que es usada para atender males por la altura pero en México está prohibida.
En este sentido cuestionó la nueva regulación en la materia a nivel sanitario la cual prohíbe un porcentaje de plantas medicinales; norma que dice inhibirá la producción y uso de ellas y en la cual está detrás los intereses de las farmacéuticas.
«Estas formas de legalizar lo que hacen es disminuir el uso de las plantas medicinales, se habla de los riesgos al ingerir este tipo de medicamentos que son más dañinos, las plantas sabiéndolas utilizar no tenemos problema alguno sabemos que hay intereses de las empresas que se dedican a la elaboración de medicamentos», señaló.
Otro de los detonantes de esta tendencia es la reducción del espacio en casa para las familias pues esto hace que muchos ya no tengan las plantas medicinales que antes se tenían a la mano.
«Anteriormente las familias tenían en sus macetas, solares, en sus traspatios las plantas que después utilizaba el epazote la hierbabuena pero ahora los espacios reducidos no permite cultivarlas desde casa».
Resalta que la gente no ha dejado de utilizar las plantas medicinales porque saben de los riesgos de la automedicación con fármacos además de que hay interés por trasmitir este conocimiento a las nuevas generaciones.