Cada día son más las personas que se cruzan corriendo, a todas horas del día, las calles que rodean la Glorieta Francia, aquí en Toluca.
La mayoría corresponde a estudiantes que se dirigen a tomar clases a la Universidad Autónoma del Estado de México.
Esta acción contrasta desde luego con el nivel educativo de estos jóvenes pues saben perfectamente del riesgo al que se exponen y la amenaza que significa. de accidentes viales.
Pero más allá de la temeridad de los universitarios, está la ausencia de la autoridad ya sea de la máxima casa se estudios o en materia de tránsito que les obligue a transitar por el puente peatonal más cercano situado frente al acceso a la Facultad de Contaduría.
Estamos de acuerdo en que, en otras zonas de la ciudad los puentes no se usan porque la gente considera que están mal ubicados, que su diseño es poco amable y son inseguros, pero alrededor de CU hablamos de jóvenes estudiantes, que gozan de salud física e intelecto como para obrar con imprudencia. La imprudencia que por cierto, suele preceder a la calamidad.