Disque ahora Donald Trump va a solicitar en su próxima reunión con directivos de la empresa más famosa de refrescos en el mundo que se devuelva la producción a Estados Unidos. Antes lanzó una advertencia similar a industrias automotrices.
Pero, ¿Para cuándo absorberá él mismo a territorio estadounidense los hoteles, edificios de lujo y campos de golf que tiene en Corea del Norte, Filipinas, Uruguay, Panamá, Estambul, Indonesia, India, Dubai y demás naciones?
Solo quiere que otras compañías hagan lo propio. Sus actos son incongruentes con lo que dice.
¿Cuál es entonces la verdadera intención del mandatario de Estados Unidos al amenazar y exigir a favor de su país?
El pez por su boca muere.