Un equipo de investigadores de la Universidad de Zúrich ha descubierto que las plantas se benefician de una mayor variedad de interacciones con polinizadores y herbívoros.
Las plantas que son polinizadas por insectos y tienen que defenderse de los herbívoros han evolucionado para adaptarse mejor a diferentes tipos de suelo.
Las plantas obtienen nutrientes y agua del suelo. Como los diferentes tipos de suelo difieren en su composición química y física, las plantas deben adaptar su fisiología para optimizar este proceso en diferentes tipos de suelo, informa la Universidad de Zurich.
Este proceso evolutivo conduce a la formación de ecotipos, es decir, “razas de plantas” adaptadas localmente que difieren ligeramente en apariencia y ya no pueden cruzarse fácilmente. Este último efecto se considera el primer paso hacia la formación de especies separadas. La adaptación de los cultivos a los tipos de suelo locales también es crucial para la productividad agrícola.
Experimento de dos años
Un equipo de investigadores dirigido por el biólogo Florian Schiestl de la Universidad de Zúrich ha descubierto ahora que la interacción de las plantas con polinizadores e insectos herbívoros influye en su adaptación a los tipos de suelo y, por lo tanto, en la formación de ecotipos. En un experimento de dos años, se cultivaron alrededor de 800 plantas de nabo en diferentes tipos de suelo en un invernadero durante 10 generaciones. Un grupo fue polinizado por abejorros, otro a mano; además, las plantas se cultivaron con y sin pulgones (como herbívoros).
Al final del experimento evolutivo, los investigadores investigaron en qué medida las plantas en los dos tipos de suelo difieren en forma y composición y cómo se habían adaptado al suelo. En cuanto a la forma, se encontró que solo las plantas polinizadas por abejorros mostraron diferencias claras entre los tipos de suelo, mientras que los grupos de plantas polinizadas a mano permanecieron prácticamente iguales.
En lo que respecta a la adaptación al tipo de suelo, los investigadores incluso encontraron una adaptación significativa solo en las plantas polinizadas por abejorros con pulgones después de los dos años de evolución experimental, mientras que no se observó ninguna adaptación significativa al tipo de suelo en los otros grupos.
El estudio también identificó varios genes que pueden desempeñar un papel crítico en este proceso de adaptación. Los resultados muestran que las interacciones bióticas pueden tener una fuerte influencia en la capacidad de las plantas para adaptarse a los factores abióticos y que la adaptación es más eficiente cuando las plantas están expuestas a una variedad de interacciones.