El más reciente escándalo que se atribuye a la Iglesia Católica de Toluca es porque a alguien se le ocurrió colocar en el interior de la Catedral de San José de Toluca un anuncio dirigido a las mujeres católicas para que sigan un código de vestimenta a la hora de ingresar a este templo.
Nada nuevo en realidad, salvo que el cartelón es nuevo y grandote, para que todos lo lean.
Pero he visto en otros templos católicos anuncios similares. El que no pide que se vista de manera decorosa, pide a los turistas que no entren en bermudas y chanclas, que no se tomen fotografías o que no hablen durante los servicios religiosos… Los he visto casi en cada templo católico importante, como una especie de código de conducta que nadie respeta. El arriba firmante ha entrado en bermudas y chanclas a algún templo adonde eso estaba prohibido por un cartelón mucho más antiguo que el que ahora es objeto de la inquina de muchos. Y nadie me echó de la iglesia en cuestión.
Y he visto a mujeres en minifalda ingresar a alguna misa de quince años, bodas, bautizos, comuniones o confirmaciones. Vestidas así para la ocasión festiva. Y tampoco he visto que las saque de las orejas el sacerdote en turno o que el sacristán les recrimine su vestimenta. Ni siquiera las viejas beatas, que nunca fallan en las iglesias mexicanas.
Pero alguien entró a la Catedral y vio el letrero. Y le pareció extraño. Esencialmente porque nunca le había puesto atención a esos anuncios, casi siempre polvosos y viejos por el desinterés de todos los feligreses.