Estudios del genoma han descubierto que una fuerte correlación entre el índice de masa corporal y los polimorfismos en el gen FTO, el gen que permitiría estudiar a la obesidad, al tiempo que se podrían desarrollar medicamentos contra el mal de los ‘gorditos’.
Según el estudio de científicos alemanes, los ratones y los humanos son genéticamente parecidos, por lo que el estudio es revelador. La pérdida de FTO en ratones conduce a un retraso del crecimiento postnatal, y una reducción significativa en el tejido adiposo y la masa corporal magra.
Los experimentos demostraron que las personas que portan dos alelos de riesgo de la versión obesa del gen pesan en promedio tres kilos más y son casi un 70 por ciento más propensos a la obesidad que aquellos con alelos de bajo riesgo, según publica la revista de ciencia Nature.
La conclusión a la que llegó el estudio fue que «en conjunto, estos experimentos brindan, a nuestro entender, la primera demostración directa de que FTO es funcionalmente que participan en la homeostasis de la energía por el control del gasto energético».