Xenón desde las profundidades del manto terrestre ha aportado información sobre la formación del planeta y su evolución temprana. Se ha demostrado que la firma isotópica de este xenón terrestre se parece a la de meteoritos primitivos y difiere notablemente del perfil del gas que se encuentra en la atmósfera, a la que misteriosamente le falta la mayor parte de su xenón.
El origen de los elementos volátiles de la Tierra, como agua, carbono y nitrógeno sigue siendo un enigma. Es difícil determinar si estos elementos se originaron a partir de gas solar tras la formación del sistema solar o llegaron aquí a través de asteroides o cometas.
Un nuevo estudio, que tomó muestras de xenón en las fuentes de gas natural ricas en dióxido de carbono en la provincia volcánica de Eifel, en Alemania, apunta a los asteroides como origen de parte de los elementos volátiles atrapados en el manto terrestre –cuerpos planetarios cuyos restos ahora se encuentran entre Marte y Júpiter–. El misterioso xenón atmosférico proviene de otro lugar, posiblemente cometas.
«Llegamos a la conclusión de que este componente [del manto] fue aportado por asteroides cuando la proto-Tierra todavía estaba en crecimiento», señala Bernard Marty, el autor principal que trabaja en la Universidad de Lorena, Francia.
El xenón condrítico extraterrestre encontrado en el manto ha estado aislado durante 4.450 millones de años. También demuestra que el vulcanismo en Eifel está relacionado con una surgencia del manto profundo, probablemente a más de 700 km de profundidad.
«Es un pequeño paso hacia adelante para mostrar que el xenón del manto provino de meteoritos, pero el gran paso hacia adelante es mostrar que este componente no está relacionado con el atmosférico», dice Christopher Ballentine, un geoquímico de la Universidad de Oxford, Reino Unido, quién no estuvo involucrado en este trabajo.
El origen del xenón atmosférico no proviene solo de la desgasificación del manto, y es más complejo, explica Ballentine.
Este artículo se reproduce con permiso de Chemistry World. El artículo se publicó por primera vez el 26 de abril de 2016.