Si algo tienen en común los cuatro candidatos a la presidencia de la república es su alta estima: todos se dicen ganadores.
Y es comprensible si pensamos, como ellos, que repitiendo una y otra vez que ganarán la presidencia, habrá quién o muchos, que así lo crean y decidan votar por ellos.
Recordemos la frase de Joseph Göbbels: “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
Pero las elecciones se ganan en las urnas. No en los dichos. Y, además, con propuestas. Por algo en nuestra posición de electores quisiéramos oír algo así como: ayúdame a ganar o yo debería ganar por tal motivo o razón.
No nos dejemos atraer por frases de propagada política ya que solo buscan influir presentando un lado de las cosas y esta proviene de lo que el político quiere.