Tuvieron que pasar 21 siglos de la nueva era para que se hablara de la participación de la mujer en la política, la economía y la cultura. En lo político, con cargos de liderazgo y representación de sus comunidades; en lo económico con emprendimientos en la industria, comercio y servicios y en la cultura como artistas, escritoras y directoras.
Esto ha traído diversidad de perspectivas ya que la inclusión de mujeres aporta diferentes experiencias y enfoques, enriqueciendo la toma de decisiones y la innovación. Por otro lado, la igualdad de género es fundamental para construir sociedades más justas y equitativas, donde todos tengan las mismas oportunidades. Es cuestión de derechos humanos y de ser un motor para el progreso social y económico.
Pero siguen pendientes las desigualdades en salarios porque prevalece la discriminación laboral y la segregación ocupacional. También está pendiente la violencia de género en forma física, sexual, sicológica, económica e institucional y la falta de representación en ciertas áreas como ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; en posiciones ejecutivas y consejos de administración y en algo tan simple como los deportes con mayor cobertura mediática.
El XXI ha sido declarado por la ONU como el siglo de la mujer ¿qué estereotipos sigues manteniendo sobre ellas?