La violencia contra la mujer en la sociedad mexicana, patriarcal y machista, es una constante. La mujer sufre de invisibilización, de falta de independencia económica, de ser responsable exclusiva de los trabajos domésticos, de derechos sexuales y reproductivos vulnerados.
Por eso es positivo que las mujeres hayan dicho: hasta aquí, en un ánimo de acabar con las distintas formas de violencia.
La aquel que agrede cuando no reconoce el talento femenino y sólo dice que se trata de una cara bonita.
La del que limita el acceso de las mujeres capaces a posiciones de mando y decisión.
La del que restringe el número de mujeres en la investigación científica, dónde sólo suman un 33 por ciento.
Pero también la de aquella que descalifica a sus subordinadas o sus alumnas porque no piensan como ella o porque no le simpatizan.
Una encuesta de Parametría dice que 62% de los mexicanos piensa que vivimos en un país machista. Sobran razones para creerlo.
