Un nivel bajo de actividad física en la edad preescolar y de primaria se asocia años más tarde con un menor rendimiento de la memoria de trabajo en la escuela primaria y en la adolescencia, así lo revela un estudio realizado por investigadores de ISGlobal en España.
Este estudio se realizó con un total de 1400 niños y adolescentes a partir de tests neuropsicológicos y cuestionarios completados por los padres sobre el estilo de vida de sus hijos.
Los hábitos de vida saludables, como el deporte, se consideran un requisito previo fundamental para el desarrollo de habilidades cognitivas, motoras y sociales básicas en niños. Una de las funciones más relevantes para el aprendizaje y el rendimiento académico es la memoria de trabajo, es decir, la capacidad de almacenar la información durante un corto período de tiempo para el procesamiento cognitivo.
Las conclusiones de esta investigación indicaron que los niños que habían mostrado escasos niveles de actividad física extraescolar a los seis años rindieron significativamente por debajo de los más activos en el test de memoria que se les realizó en la adolescencia. Esta asociación también se encontró de forma leve en los niños de siete años que habían tenido poca actividad física a los cuatro años. Otra de las conclusiones es que el comportamiento sedentario temprano puede influir negativamente en la maduración cognitiva posterior en la adolescencia, pero solo en niños varones.
“La asociación entre la actividad física y la memoria de trabajo en los niños se ha analizado en pocos estudios, pero los que lo han hecho generalmente sí han apoyado esta relación positiva”, explica Mónica López-Vicente, investigadora de ISGlobal y primera autora de la publicación. “Nuestro estudio es el primero en analizar la asociación longitudinal entre los hábitos de actividad física extraescolares y la memoria de trabajo en dos períodos clave de maduración cognitiva”, añade.
Jordi Sunyer, jefe del programa de Salud Infantil de ISGlobal y coordinador del estudio, indica que “estos hallazgos muestran la importancia de promover hábitos saludables de actividad física y de reducir el sedentarismo desde etapas tempranas para aumentar el potencial cognitivo de los niños”.