Hoy miércoles estamos en la conmemoración del Día Mundial de la Higiene que busca recordarnos que debemos ser limpios para prevenir diferentes tipos de enfermedades como el cólera, diarreas, infecciones, hepatitis y neumonías. Así que hay que reflexionar sobre cosas básicas como qué tan seguido nos lavamos las manos, si lo hacemos al levantarnos, antes de comer, después de ir al baño, luego de tocar objetos sucios; al regresar a casa tras andar de la calle.
Debemos lavarnos las manos porque hacerlo puede eliminar hasta un 80 por ciento de los microbios procedentes de restos de comida, polvo, tierra y fluidos corporales. Por cierto, la suciedad puede acumularse especialmente debajo de las uñas, donde la humedad y la falta de limpieza facilitan la proliferación de microorganismos.
La forma correcta de lavarse las manos es, primero, mojándoselas; enseguida aplicar suficiente jabón; después frotar las palmas, el dorso y los dedos; finalmente usar una toalla limpia para secarse. Este proceso debe tomar entre 40 y 60 segundos para ser efectivo, según la Organización Mundial de la Salud.
No aplica por tanto, decir que no sentimos suciedad, que nos da flojera, que hace frío, que el agua sola es suficiente. Pensemos en cuántos objetos tocamos al día, empezando por el celular y los billetes.
Mantener una buena higiene de manos es una medida económica, sencilla y altamente efectiva que salva vidas y cada persona debe ser consciente su propia limpieza.