Y llegaron las posadas que cuentan el peregrinaje de María y José, de Nazaret a Belén, en la búsqueda de un lugar para alojarse y esperar el nacimiento de Jesús. Evidentemente se trata de un tema religioso que se realiza en México a partir de la llegada de los españoles.
Se cuenta que antes de ello, los aztecas celebraban durante diciembre o mes de panquetzalitzi el nacimiento de Huitzilopochtli, que era el dios de la guerra.
Las posadas son las fiestas representativas que se llevan a cabo nueve días antes de la Navidad que significa nacimiento. Consisten en el rezo del rosario, acompañado de cánticos; luego la interpretación de la Letanía con imágenes en brazos de la Sagrada Familia, la entrega de aguinaldo y el consumo posterior de aperitivos, entre estos ponche, buñuelos y tamales. En muchos casos, la posada concluye con el rompimiento de una piñata.
Las posadas tienen su antecedente en las “misas de aguinaldo” llamadas así porque se ofrecía un obsequio de dulces, frutas o juguetes para los niños y las primeras que se llevaron a cabo fueron en el municipio de Acolman, estado de México gracias a fray Diego de Soria. Originalmente se celebraban en los templos y luego pasaron a las casas.
En la actualidad se han extendido a bailes y convivencias sociales al grado de que se habla de preposadas y posada-baile.